viernes, 30 de mayo de 2014

Aún es posible


  Hace mes y medio, concretamente el 14 de abril pasado, más de doscientas niñas eran secuestradas en Nigeria por el grupo islamista Boko Haram. Las niñas se examinaban cuando un grupo de terroristas armado irrumpía en la escuela secundaria de la aldea de Chibok, llevándolas consigo a bordo de camiones. La noticia que resulta estremecedora, parece que fuera de las fronteras africanas no trascendió como cabría suponer en los primeros días, debiendo de pasar unos cuantos más antes de que la comunidad internacional mostrara una cierta reacción, tímida por otra parte ante semejante barbarie. Incluso en el propio país, las autoridades tampoco mostraron inicialmente una consternación acorde al hecho, admitiendo su presidente Goodluck Jonathan con resignación, desconocer el paradero de las desdichadas; esa sensación de penar que ahora sí se tiene después de que padres, intelectuales y ciudadanos en general, hayan exigido una respuesta más contundente por parte del Gobierno.

  Por su parte, el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, un día dice que liberará a las muchachas por medio de un intercambio de prisioneros, otro que las venderá como esclavas o serán obligadas a contraer matrimonio por la fuerza, y entre semanas, como un genocida integral, de una tacada se carga a más de 400 personas. Mientras continúa el cautiverio, se difunden rumores cuando no testimonios de niñas que han podido huir, en forma de violaciones sobra las más jóvenes en grupo, o entregas para convertirlas en esposas de sus propios captores. Y todo porque las niñas no deben recibir educación, o al menos la que ellos entienden como maléfica, no en vano Boko Haram significa en su lengua nativa "la educación no islámica es pecado". Este brazo ejecutor pretende ser la prolongación en el corazón africano de Al Qaeda, siendo su cometido imponer la  sharía o ley islámica en Nigeria, un país con más de 160 millones de habitantes, en donde la mayoría musulmana se asienta sobre el norte y la mayoría cristiana predomina en el Sur.

  Como ocurre casi siempre con sucesos que no interfieren en la sacrosanta economía o acontecidos en naciones con escasa influencia, las autoridades mundiales miran para otro lado, y sólo cuando la opinión pública, pero sobre todo la sociedad -siempre muy por delante de sus representantes en lo que concierne a derechos humanos- se escandaliza y pide que se pongan los medios necesarios a fin de subsanar semejante ignominia, es cuando se afanan en la obra sin exceso de entusiasmo. Así EE.UU., ha movilizado a 80 militares que se añaden a una treintena de expertos en materia enviados días antes para ayudar al gobierno nigeriano en el rescate. A tenor de las escasísimas novedades en cuanto a la hipotética liberación, todo hace suponer que las jóvenes todavía habrán de sufrir muchos días de cautiverio y humillaciones, no siendo descabellado visualizar nuevas imágenes propagandistas como la de la farsa del abrazo fraternal, esa donde se las ve ataviadas con el velo musulmán al tiempo de orar sentadas sobre el suelo y admitir haberse convertido al islamismo por obra y gracia de Shekau. Por cierto, repugna pensar que un individuo como éste disfrutara paseando algún día por las calles de cualquier ciudad española sin que se le pudiera tocar un pelo gracias a la reforma de la Justicia Universal.

  Por encima de otras miserias ensalzar la gran movilización actual, generada gracias a la plataforma BringBackOurGirls, con fuerte impacto mediático en USA. Un abogado, Ibrahim M. Abdullahi fue el primero en lanzar un tweet con la mencionada etiqueta "Al principio no fue una campaña coordinada. Fueron un número de individuos que usaron Twitter para concienciar a la comunidad internacional y para llamar la atención de cuanto estaba pasando", le dijo Abdullahi a la BBC en una entrevista. A día de hoy, más de 3,2 millones de usuarios en dicha red, han mencionado el hashtag o etiqueta que en castellano sería DevuelvanANuestrasNiñas. Sin reservas quiero dar mi más profundo apoyo moral a quienes han tomado tan loable iniciativa y a las personas que sobre el terreno tratan de descubrir la guarida de esa banda sanguinaria que desde el año 2009 ha asesinado a más de 5000 seres humanos. Aunque no va a ser fácil y tal vez acabe con un derramamiento de sangre, aún es posible liberar a estas niñas del infierno y fanatismo de una ortodoxia deshumanizada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario