jueves, 14 de febrero de 2019

CINEFRANCA 2019

  Como cada año por estas fechas, Villafranca se dispone a acoger una nueva edición del Cinefranca, oportunidad única de volver a ver muy buenas películas en nuestro coqueto teatro, en otro tiempo espacio utilizado durante años para la exhibición de films, utilísima válvula de escape y solaz de muchos villafranquinos amantes del Séptimo Arte, muy especialmente durante los años más grises de la postguerra. Pero eso es otra historia ya lejana que tal vez requeriría una reflexión reposada y posterior artículo.


  La cinta que abre la sesión el próximo sábado día 16 a las 9:45, es una gozada. La reina de África, uno de los mejores y más felices trabajos de John Huston, le valió a Humphrey Bogart el único oscar de su carrera. En líneas generales va sobre la convivencia entre un marinero bebedor y desenfadado y una mojigata misionera que huyen de los nazis en el barco del primero. Con el roce y el conocimiento mutuo, la cohabitación desemboca en amistad verdadera. Un mensaje más vigente que nunca en estos tiempos atroces de intransigencias y exclusiones.




   A las 12:00 de ese mismo sábado se pasa La ley del silencio, obra cumbre de Elia Kazan que ganó los oscars de 1955 a mejor película, director, y mejor actor para el más brillante de los intérpretes del entonces en pleno apogeo, Star System, o sea: Marlon Brando. Controvertido largometraje  donde los haya, trata sobre las malas artes de un jefe del sindicato de estibadores. Brando trabaja para él con muy malas artes, hasta que su participación en un asesinato facilita su arrepentimiento y la colaboración con la justicia. ¿Una redención similar a la de San Pablo? ¿La justificación de Elia Kazan en la época de la caza de brujas? Sea como sea, si alguien no la ha visto, es el momento de disfrutarla, merece la pena.


   Ya por la tarde del sábado 16, a las 16:30, se pasa el trabajo más mediático, de más metraje y posiblemente el más exitoso de todos cuantos han abordado la Guerra de Vietnam. Francis Ford Coppola firma con Apocalypse now su mejor trabajo desde las dos primeras entregas de El padrino. Con esta cinta de algo más de 150 m. -supongo que se trata de la versión más corta-, Coppola facilitó la segunda resurrección de Brando -la primera había llegado con el rodaje de la saga mafiosa capitanaeada por Corleone-, que aquí interpreta al coronel Kurtz con tanta credibilidad y espanto como podrán comprobar los espectadores que quieran acercarse a verla. Inenarrable. Imprescindible.


  A las 19:30 se exhibe Muerte en el Nilo. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Agatha Christie. Un buen vehículo para el entretenimiento, especialmente para los incondicionales de la escritora inglesa. El detective Hercules Poirot irá desentrañando los misterios de un crimen donde se ve involucrado el pasaje del barco que navega por el río más largo de África. En mi opinión, sin desmerecer, creo que no es el mejor film; a pesar de todo se hace entretenido.


  Deliverance, una de las películas malditas, se pasa a las 12 de la noche del sábado al domingo. Obra mítica de John Boorman, estuvo nominada a mejor película en la edición de los oscars de 1973, cediendo finalmente en favor de El padrino. Si Apocalypse now es el relato de una bajada a los infiernos, Deliverance es el giro brusco que tiene un grupo de amigos desde el goce de la naturaleza y la paz del entorno pasando a convertirse en objetivo de caza y humillaciones por parte de los habitantes del lugar. Película tal vez no tan conocida como las anteriores, es muy recomendable para entender la volubilidad del ser humano.


    Si los amantes del cine no son partidarios de visualizar los horrores de la vida tal cual es, lo más recomendable son las dos sesiones del domingo. El día 17 a las 10:00 de la mañana, el evento se abre con la proyección de Río Rojo, clásico entre los clásicos del western y una de las obras fundamentales de Howard Hawks que a su vez supuso el debut de Montgomery Clift, uno de los máximos exponentes del Actors Studio. Maravilla visual en blanco y negro donde la "trashumancia" de miles de cabezas de ganado se convertirá en mil y una peripecias. 


  Cinefranca se cierra con la exhibición de El héroe del río, otro de los clásicos del cine mudo del maestro Buster Keaton. A través de 70 m. de metraje y con el fondo sonoro del piano tocado por Ricardo Casas, asiduo al evento desde hace algunas ediciones, Keaton hace de las suyas, ocasionando el malestar del padre, propietario de un barco que compite con otro por el control del transporte de mercancías en el cauce del río Mississippi. Keaton no solo es un incompetente para las tareas de un grumete, sino que, para colmo de males, se termina enamorando de la hija del oponente. Película hilarante que hará disfrutar a toda la familia.


    Del film que abre Cinefranca el viernes 15 a las 22:00 horas, Las truchas, poco puedo comentar, pues desgraciadamente no la he visto. No obstante, si puedo decir que la película ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín de 1978, así que entiendo que se trata de una muy buena película española en la cual colaboró en la redacción del guión el invitado de esta edición, Manuel Gutiérrez Aragón. El cántabro de Torrelavega, uno de nuestros directores más importantes, con películas fundamentales como Habla mudita, Furtivos, El corazón del bosque o La mitad del cielo, será quien con su sabiduría y experiencia, cultive a todos aquellos que la noche del viernes al sábado a las 00:15 horas se acerquen a esa "Tertulia en la chimenea y copas de balón", según reza en el programa. 


  Para finalizar, quiero agradecer a los organizadores el esfuerzo que supone poner en marcha un evento de esta magnitud, este año con las aguas de los ríos como hilo conductor. También la suerte que supone que, aunque sea únicamente durante un fin de semana, nuestro teatro vuelva a convertirse en esa geografía de sueños en celuloide que durante muchos años supuso para villafranquinos y bercianos una vía de emociones, de aproximación a otras realidades sociales, y de tardes o noches compartiendo afectos, algo que hoy parece anclado en la bruma de un tiempo casi legendario.