viernes, 26 de septiembre de 2014

Sostenella y no enmendalla

  Con los políticos y sus mayorías suele ocurrir lo mismo que entre los mayores y nuestros hijos pequeños al ver la tele; o sea, que apelando a nuestra mayoría de edad nos sintamos en posesión del derecho absoluto y dejemos a los vástagos sin su programa por coincidir con el derby futbolero o la serie favorita de la tarde. Es una comparación un poco cogida con alfileres pero quizás valga. Sin afán de desautorizar el valor intrínseco de una mayoría absoluta, que a veces puede ser conveniente en circunstancias especiales, por lo general convierte a quienes la ostentan en personas contumaces y hasta soberbias, llegándose a creer adalides supremos de quienes les han votado. Uno, que va cumpliendo años y cada vez le asaltan más las incertidumbres y las canas, piensa que todos, pero particularmente nuestros representantes políticos, debieran de ser más modestos y respetuosos con todos los credos y orientaciones, pero por encima de cualquier otra consideración, escuchar atentamente el pálpito de la ciudadanía, vamos, lo que se cuece en la calle.

  Viene a cuento la introducción -perdón pues tal vez me haya excedido adornándola- por todo el caos que desde el curso pasado se está generando en las escuelas y colegios de Baleares con la implantación del TIL (Tratamiento Integral de Lenguas) que plantea grosso modo dar las asignaturas en catalán, castellano e inglés con proporcionalidad. El conflicto es de tal aspereza que casi todos se han posicionado en contra del Govern, o sea: partidos de la oposición, sindicatos del ramo, Universidad, federaciones de padres y madres, docentes; y lo que debería de hacer reflexionar mucho más en el Consolat de Mar ante el rechazo casi unánime, la negación del TSJIB, que en una segunda sentencia, la del martes pasado, reitera y declara improcedente la implementación del polémico TIL tal y como se ha llevado a cabo.

  Estando en la Oposición, el sr. Bauzá, hoy presidente de Baleares, alardeaba y promovía para cuando ganase las elecciones, hacer de la rama formativa una autopista de la educación. Vamos, que las Islas iban a convertirse en algo así como el paraíso del conocimiento y la sabiduría, abandonando el pelotón de los torpes en los venideros informes Pisa. En cuanto al ambicioso proyecto de que los niños se defendieran en tres lenguas distintas, nada que objetar, hasta parecía sensato y atractivo; no obstante, al Presidente -como ha ocurrido otras muchas veces y seguirá ocurriendo con otros muchos mandamases- se le olvidó que para hacer una autopista se necesitan medios humanos y dinero, además de unos conocimientos adecuados. No se percató, o sí, vete tú a saber, que para dar una clase de sociales en inglés, por decir una asignatura, se requiere de maestros capacitados, niños con una formación constante, empezando por los de más tierna edad de Primero, que se presume tienen el poder de la absorción de las esponjas, y no ordenando la ejecución antojadiza para los cursos impares el año pasado y el resto éste; además de aulas con ratios reducidos a fin de evitar el desconcierto cuando los alumnos no se enteran de la materia dada en inglés. En resumidas cuentas, el sr. Bauzá y la Consellera del ramo, sra. Camps, sin antes haber dialogado con quienes saben de verdad -¡dichosas mayorías!-, ordenaron a los funcionarios encargados de instruir a los más jóvenes, conducir el autobús escolar sin cerciorarse antes de si tenían el permiso pertinente o sólo el B para turismos, y dirigirlo a través de una presunta autopista que de momento sigue siendo carretera secundaria. El Govern no ha puesto los cimientos indispensables para mejora tan sustancial, muy al contrario no ha dejado de promover recortes que se traducen en menos maestros, mayor ratio de niños por aula, menor ayuda para la compra de libros de texto, mermas presupuestarias en comedores escolares, por no hablar de carencias en algunos centros que provocan la falta de liquidez para compra de material, cuando no ausencia total de dinero en algunos casos para llenar el depósito de la calefacción.

  Uno de los errores de partida si se hace caso del argumentario del sr. Bauzá, estriba en creer una rémora la utilización constante del catalán para impartir las diversas asignaturas hasta el punto de llevar al Archipiélago a la cola en los mencionados informes Pisa. Por esa regla de tres, Cataluña también debiera de competir con los insulares por ese dudoso honor, y sin embargo, la autonomía del Noreste está en torno a la media de la OCDE en comprensión lectora y de matemáticas a pesar del nexo común del idioma. Las clases se pueden impartir en cualquier lengua, mandarín, ruso, finlandés y hasta en esperanto si me apuran, siempre y cuando se den como es debido y con unas mínimas garantías. ¿Entonces? Bajo mi punto de vista influye definitivamente el abandono escolar vinculado en los últimos años al boom inmobiliario y a la singularidad del turismo como primera actividad generadora de riqueza. Y por otro lado, Baleares es una de las comunidades autónomas donde más se ha recortado en educación desde el inicio de la crisis, lo cual incide negativamente en los resultados finales.

  Vuelvo a repetir que la idea del trilingüismo es muy interesante siempre que se distraiga el dinero suficiente de otras partidas. Ahora bien, si sólo se trata de una triquiñuela con tintes de identidad nacional, ya lo rechazo. Me parece detestable que a personas nacidas en un determinado lugar y con una lengua propia mamada desde la niñez y que hablan con la naturalidad que lo hace en gallego un nativo de Galicia, se le pongan impedimentos para ello. Me inclino a pensar que es más el afán del conocimiento lo que impulsa al President a elegir la alternativa del TIL, pero con los medios adecuados y cuando haya acuerdo, pacto, diálogo y más diálogo.

  La ruptura o enfrentamiento es evidente desde el año pasado. La postura de intransigencia por parte de la Conselleria d'Educació ha dado al traste con cualquier atisbo de acercamiento, mucho menos al deseado acuerdo. No conforme con ninguna de las propuestas de la comunidad educativa, sin hacer caso de los expertos, que también le han hecho ver la formidable equivocación por la que transitan y transmiten en forma de confusión a los diversos centros docentes, traduciéndose en la no aprobación del proyecto en muchos de ellos, en el cese de 9 inspectores, amén de la inhabilitación temporal de 3 directores de centro; para acallar las voces discrepantes han sacado una Ley de Símbolos que recuerda a viejas épocas ya superadas.

  No conforme con esa intransigencia propia de alguien pagado de sí mismo, de quien no pisa la calle, de quien no escucha las cuitas ciudadanas, parece dispuesto a no ceder un ápice ante el varapalo judicial que ya hace un año le impedía llevar a término el TIL tal y como estaba planteado, aunque entonces Él, el sr. Bauzá, en unas horas improvisara una ley ad hoc para ignorar el requerimiento de los magistrados. De nuevo, el martes pasado, el TSJIB tumbaba por unanimidad su puesta en marcha, y no por considerarlo negativo, sino por la forma, modos y medios de acometerlo. Han transcurrido 3 días y la sensación es de desgobierno, de un rompecabezas con resolución incierta. La sra. Camps, a la sazón consellera del ramo, ha sido cesada. Mientras, su hasta ahora jefe, no ha dicho esta boca es mía, aunque tal vez lo haga en las próximas horas para hablar de algo más relevante que las evasivas y obviedades. Entretanto, una mayoría de centros por boca de sus respectivos directores-as, pregunta y pregunta, sin obtener respuesta de momento en cuanto a  la hoja de ruta a seguir, es decir, si obedecer al Tribunal Superior y renunciar al TIL, o por el contrario tirar para adelante. Por su parte, un buen puñado de inspectores aboga por cumplir la resolución judicial, y la UIB que nunca ha sido consultada, trata de mediar a fin de reanudar el complicado diálogo entre las partes en conflicto. El sr. Bauzá, obstinado hasta el desespero, con un más que dudoso aprecio por el Tercer Poder, confía ahora en la revocación por parte del Supremo al cual piensa recurrir. ¡Lastima que no ponga el mismo coraje y determinación para defendernos de las prospecciones petrolíferas! A lo que se ve prefiere no disgustar a su jefe el sr. Rajoy.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Pucherazo

  De unas semanas para acá se viene insistiendo en la imperiosa necesidad de modificar la actual Ley Electoral a fin de que sean los ciudadanos quienes elijan directamente al alcalde en los próximos comicios de mayo. Parece razonable, pero veamos.

  Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, Alicante, Córdoba, etc., en estas y otras muchas ciudades está el quid de la cuestión para activarse la reforma, pues a tenor de los sondeos que son públicos y notorios, además de los manejados con confidencialidad por el propio PP, éste podría perder la mayoría absoluta que le ha permitido manejar, hasta ahora sin el mínimo contratiempo ni el incordio opositor de turno, los asuntos locales.

  Partiendo de esa premisa que otorgaría la mayoría absoluta a quien obtuviera el 40% del escrutinio, ¿se ha de entender que el resto de grupos electos estarían durante toda la legislatura en minoría e impedidos para plantear el control riguroso de quien manda, y mucho menos presentar una moción de censura, coadyuvando a una placentera gobernación y sin ninguna posibilidad de cumplir con su misión perfectamente clarificada en la Constitución de 1978? Aunque tal vez el PP se decida por las elecciones a dos vueltas, en ese caso sólo habría cabida para los dos partidos más votados en la primera, quedando fuera del consistorio el resto de fuerzas que en justicia representaría a muchos ciudadanos. ¿Sómos capaces de imaginarnos un duelo en Navalmoral de la Mata -por decir el nombre de una localidad- entre los Populares y Podemos? ¿A que no? Pues tal vez estén barajando esta última opción para así evitar en un combate final a la formación del sr. Iglesias, por el momento la tercera en discordia tras PP y PSOE, si bien cada vez más cerca de esta última si hay que hacer caso de la tendencia del voto. Pero estas no dejan de ser conjeturas que con el transcurrir de los meses se volverán certezas o desatinos.

  En febrero de 2013, el sr. Rajoy, tan solemne cuando viste su papel favorito de "hombre predecible", decía que jamás se le ocurriría por su cuenta y riesgo, a pesar de la mayoría absoluta, acometer dicha reforma sin un amplio consenso, afirmación baladí por otra parte que ya no debería de sorprendernos teniendo en cuenta el valor real de la palabra de nuestro Presidente. Pero hace año y medio ni siquiera existía un proyecto de partido nuevo como es Podemos, no habían sufrido la sangría de votos de las europeas pasadas y tampoco se destapaban los cada vez más frecuentes casos de corruptelas políticas, si bien aquí nadie está libre para lanzar la primera piedra.

  En la actualidad el PP gobierna en más de treinta capitales de provincia, en muchos casos con mayoría absoluta. No se puede obviar que detrás hay el vigor inmenso de en torno a 800.000 afiliados -más que el resto de los demás partidos juntos-, y que un revolcón en las próximas municipales podría traer un quebranto enorme para las clases dirigentes que presiden entidades locales, forzaría a muchos políticos al paro y los dineros a ingresar por sus cargos electos sería menor, un serio inconveniente, además del trance que entraña pasar 4 años en la oposición y sin ninguna maniobrabilidad, eso si al final triunfa el plan del pontevedrés.

  Lo que desconcierta más si cabe es que la propuesta se haga a 9 meses de las elecciones municipales y autonómicas, y con el rechazo frontal del resto de partidos. ¿No lo pudieron plantear a los pocos meses de ganar las elecciones por mayoría absoluta? Entonces no podían imaginar la merma de votos y pensaban que a ellos jamás se les iba a pasar la factura de la Crisis. Pese a ese afán inusitado por regenerar la vida política, curiosamente esta posibilidad de la elección directa del regidor por parte de los votantes, no parece ser una de sus demandas más reclamadas y si, por ejemplo, las listas abiertas. Sobre el particular, organismos como la UE, el Consejo de Europa o la OSCE, recomiendan no abordar cambios en la Ley Electoral cuando falte menos de un año para la celebración de unos comicios. Según refleja el Manual de Observación Electoral de la propia UE, cualquier enmienda del régimen electoral deberá acordarse de manera <<consensuada e incluyente>>. Y añade: <<La certidumbre y la transparencia en un proceso electoral se refuerza cuando el marco legal está establecido mucho antes de la fecha para la que ha sido anunciada la elección>>. Siendo así, parece que podemos asistir a un pucherazo en toda regla, y si no lo es, lo parece.

  No obstante, a mí, como observador de la actualidad política, me asombra que si el PP no obtiene la mayoría absoluta, termine con muchas papeletas para irse a la oposición, ¿por qué será? ¿Es posible que los populares no sean capaces de llegar a acuerdos programáticos con el resto de las fuerzas políticas o con alguna de ellas? Entonces, o bien la competencia está compuesta por individuos insensatos que pretenden a toda costa echarlos para ponerse ellos, o por el contrario las clases dirigentes de quien nos gobierna en casi todas las ciudades patrias son incapaces de llegar a consensos a partir de ceder un poquito en sus máximas. El legado del sr. Aznar en su segunda legislatura aún debe de pesar lo suyo, digo yo.