viernes, 28 de marzo de 2014

REPUGNANTE

  Tras casi una semana de las Marchas de la Dignidad, todavía colean las consecuencias de las multitudinarias manifestaciones que confluyeron en Madrid. A casi siete días de aquello, en la prensa escrita, radios y televisiones, se sigue analizando pormenorizadamente la actuación de unos bárbaros y la intervención/abstención de las fuerzas de seguridad. Antes de seguir quiero dejar muy claro que, la visión de unos energúmenos arremetiendo y acorralando sin piedad a un reducido grupo de policías, me provoca tanta repugnancia como en su momento la lamentable intervención de hace unas semanas en Ceuta con lo de las dichosas devoluciones en caliente -mucho mejor las devoluciones en frío, digo yo-. La minoría de descerebrados que irrumpe habitualmente con cada manifestación debería saber -¿o sí lo sabe?- que con su actuación salvaje acaba, si no deslegitimando, al menos distorsionando la dimensión y empuje democrático de la mayoría de participantes. Pero somos el resto de la sociedad quienes debemos de valorar con ecuanimidad quiénes son los buenos y quiénes los malos. Según la Policía, los malos eran en torno a mil. Eso quiere decir que en un paréntesis entre los 350.000 asistentes, según el propio Cuerpo, y el millón y medio en valoración de los convocantes, el millar de energúmenos vendría a suponer el 0,285% ó 0,066% de los manifestantes.

  Dicho esto, con las controvertidas Marchas de la Dignidad se pueden sacar algunas conclusiones. Así, a bote pronto, se me ocurre que el Ministerio de Interior, o su ministro, para ser más exacto, parece desbordado por los acontecimientos presentes. Puedo entender algún error puntual, pues todas las personas incluyendo a los políticos, las tenemos, también yo, faltaría más. No obstante, cuando esas anomalías se convierten en cotidianas, es que la persona con la responsabilidad no está capacitada para una tarea ardua e ingrata muchas veces, como es la de seguridad. El sr. Jorge Fernández ya hubiera cesado o dimitido en otro país con más pedigrí democrático. El Ministerio no carbura y me inclino a pensar que es el chófer quien no atina con la dirección. A la lamentable falta de coordinación por parte de los mandos policiales se añade ahora el informe demoledor del CGPJ que hace trastabillar la cacareada Ley de Seguridad Ciudadana por colisionar con nuestra Carta Magna. Me pregunto si los muchos asesores del Ministerio habrán leído alguna vez la Constitución, o, ¿es intencionado el modo de proceder para que a partir de unos máximos vayamos viendo los ciudadanos la aparente ductilidad del Gobierno que se amolda a otras consideraciones?

  Otra conclusión más sangrante viene al hilo de las declaraciones de la sra. Botella. La Alcaldesa plantea que las manifestaciones se lleven fuera del centro de Madrid. A lo mejor lo que pretende es que las venideras se queden entre Pinto y Valdemoro. Pero ¿cómo se puede hacer esa aseveración? Con ese argumento ya me imagino a mis paisanos de Villafranca manifestándose por la defensa del río Burbia en Turón, por decir un lugar alejado de la capital del Principado. Los villafranquinos se manifestaron entonces por las calles de Oviedo, además de transitar frente a la sede de la Confederación Hidrográfica para evitar algo tan injusto, y gracias a su movilización mayoritaria se logró. La sra. Botella debería de saber que Madrid es la capital de España, por tanto, la ciudad que acoge la mayoría de sedes institucionales o empresariales; y las primeras, mayoritariamente, se sitúan en el centro, por lo cual sería un disparate que las masas discurrieran por la Casa de Campo o se fueran a Chinchón. En cuanto al coste elevado que supone la presencia masiva de ciudadanos en concentraciones, debería estar al corriente de que el resto de ciudadanos de provincias contribuimos con los impuestos al mantenimiento de todos sus servicios por ser Villa y Corte. Lo del manifestódromo ya me parece de aurora boreal.

  Por último -y vuelvo a tocar el negocio ministerial-, decir que me parece preocupante y desconcierta el errático proceder de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de un tiempo a esta parte, o mejor cabría decir de sus mandos. Después del espectáculo de, cuando menos dos operaciones fallidas parcialmente contra colaboradores o miembros de ETA, por precipitarse anunciando operaciones desde el propio Ministerio, -para reirse del caso Faisán-; tras las ocurrencias expuestas en múltiples declaraciones por su titular, incapaz de tomar una sola medida encaminada al cese de quienes dan las órdenes, sino del propio sr. Cosidó -se ha procedido al cambio de destino de algunos mandos tras la desgracia de Ceuta, lo que demuestra cuando menos negligencia en las órdenes-; despues de que, desde la misma UE se haya denunciado el uso inhumano de las concertinas, algo que demuestra su ineficiencia ante la fuerza imparable del hambre u otras miserías; con el varapalo a instancias del gobierno de la judicatura a su contrarreforma de seguridad ciudadana, resulta que las fuerzas de seguridad se extralimitan en sus funciones en Ceuta -aclarar cuando hablamos de la Guardia Civil que no se condena al Cuerpo, sino a los mandos ceutís; eso deberíamos tenerlo siempre presente-, y dias despúes, más de 1.500 agentes dejan en la estacada a un grupito de veinte de sus compañeros porque los mandos no dan la orden de auxilio. ¿Los mandos son torpes, faltan medios, hay demasiados recortes o es que quien rige la seguridad del país no está a la altura de las circunstancias? Lo que ya no tiene un pase es que en algunos medios televisivos se hayan insertado imágenes que corresponden a otros momentos, como ese donde se ve lanzar una señal de tráfico, jabalina o una muleta -ahora no recuerdo- a los policías. Vamos, como en la época del celebérrimo Cojo Manteca.

  Reitero: mi más enérgica repulsa por el comportamiento vandálico de una minoría que no representa a la sociedad española. Y reconocer que la ciudadanía está viva, preocupada y muy molesta por cuanto viene sucediendo. Algunos políticos en el poder se quedan tan panchos al decir que 350.000 ó 1.500.000 de personas es una representación irrelevante comparada con los otros 46.000.000 que no se manifiestan. Yo y otros muchos no nos manifestamos por motivos laborales, falta de dinero, etc., pero estamos de acuerdo con sus reivindicaciones. Es como si ahora dijera que, como el sr. Suárez, q.e.p.d. sólo fue despedido por algo más de 30.000 individuos en la capilla ardiente y por otros miles de madrileños que se lanzaron a las calles para tributarle el último adiós, el resto de españoles que no hicieron acto de presencia, por obvias razones coyunturales, no guardaran al primer presidente tras la restauración democrática, cuando menos, el respeto, sino admiración de una mayoría.

sábado, 22 de marzo de 2014

ASÍ NO

  Hoy confluyen en Madrid las Marchas de la Dignidad que unas semanas antes partieron desde distintos lugares de España. El lema: "pan, trabajo y techo", parece retrotraernos a una época ya vivida, que parecía superada con la llegada de la democracia. Pero a la vista de los acontecimientos, como si de una moda cíclica a lo Prêt-á-porter se tratara, parece que vuelven las desusadas y por otra parte justas reclamaciones. Los manifestantes y otros muchos que apoyan sin hacer acto de presencia, aluden a la dejación notoria del actual gobierno popular que se desentiende de los ciudadanos -especialmente los más desfavorecidos- para volcarse exclusivamente en ese extraño ente de los mercardos y la macroeconomía, quienes ciertamente rigen los destinos interplanetarios con la inestimable colaboración de la Troika, es decir: FMI, UE y Banco Central Europeo. Tras leer el manifiesto que justifica un cabreo creciente, admito que hay puntos con los que discrepo, aunque en el fondo, digamos que la ética y el sentido común subyacen de modo abrumador, haciéndose doloroso si vuelvo la vista atrás tan solo unos años antes. El estallido social no sé si está ahí, a la vuelta de la esquina, o se ha larvado para eclosionar con mayor virulencia cuando menos lo presumamos. De lo que no me cabe la menor duda es de la existencia de un desencanto social que, canalizado a través de algún individuo, asociación o grupo engañoso, puede hacer que salte por los aires el clima de convivencia de estas últimas décadas. Los manifestantes dicen que así no se puede gobernar, que no se puede dar la espalda a los ciudadanos de una manera tan intencionada. Que así no se puede hacer patria.

  Tal vez algunas razones puedan tildarse como demagógicas, también otras que voy a exponer a continuación se puedan calificar así; no obstante, hago mías aquellas lejanas palabras de Marguerite Duras: <<No se puede llevar a cabo el trabajo y a la vez no juzgarlo>>.

  - El Gobierno crea las tasas judiciales, de manera que tener justicia será mucho más complicado para aquellas personas con escasos o nulos recursos económicos. También va a privatizar el Registro Civil, que pasará a manos de los registradores de la propiedad. Si uno tiene tropecientos churumbeles o le da por el casorio media docena de veces, deberá acoquinar por cada registro, también los más menesterosos. Y digo yo, ya puestos, ¿por qué no traspasar el Registro a los notarios, o mejor, secretarios de ayuntamiento, que imagino pondrían precios más módicos? Eso sólo lo sabe el sr. Rajoy.

  - El Gobierno acuerda becar a estudiantes con una media de 6,5. Así rompe con el principio de igualdad. Digo yo, ¿y a los hijos adinerados se les permitirá estudiar con un 5,5? Si esto es como pienso, será injusto que un chico de posibles estudie con 5,5, y otro sin dinero suficiente no lo pueda hacer al quedarse en el 6,4. También acuerda subir las tasas universitarias a lo bestia, por tanto, más de un buen estudiante deberá renunciar a altas pretensiones, mientras algún hijo de papá, tal vez más torpe, concluirá la carrera antes o después. Volvemos a los tiempos pretéritos, cuando la Universidad era coto vedado. Pero no satisfecho con esta especie de contrarreforma que cuando menos distorsiona la idea de Constitución, aprueba sin consenso una reforma educativa que tiene los días contados a tenor del pacto suscrito entre todas las fuerzas de la oposición a excepción de una, para derogarla cuando proceda, salvo que el PP revalide la mayoría absoluta.

  - El Gobierno promueve una Ley de Seguridad que pretende acallar a las voces discordantes, constriñendo sus movimientos u acciones en la calle; y no del todo conforme con meter multas estratosféricas a todo aquello que se menee más de la cuenta, da poder a los guardias jurados en detrimento de las fuerzas de orden público, ¿reducción a la vista de policías y guardias civiles como en la etapa de gobierno del sr. Aznar?

  - El Gobierno pretende aprobar una ley de transparencia y contra la corrupción que es una mera proclama de buenas intenciones. No hay más que ver esa otra que autoriza a hacer caso omiso de la Justicia Universal, y sólo para no incomodar a los chinos, los nuevos ricos -siempre aparece en medio el dinero-, que refuta a aquélla. Como también lo desmiente el hecho insólito del registro en la sede central del PP durante más de 14 horas por no haber atendido a los requerimientos insistentes del sr. Ruz demandando documentación. O ese otro de hace una semana o poco más en relación a los vídeos cocinados previamente en una edición edulcorada sobre la tragedia ceutí.

  - Y es que el gobierno del PP, como también hicieran otros que le precedieron -los del sr. González o el sr. Aznar, por ejemplo- miente con una machacona y particular naturalidad, hasta empequeñecerlos, pues ha hecho de la falsedad y/o medias verdades algo consustancial a la tarea de gobierno. Es con diferencia abismal el campeón del fingimiento. Sin ir más lejos, cuando lo de la herencia recibida no estaba en su cabeza, en pleno debate televisivo por la presidencia del gobierno, el aspirante sr. Rajoy hablaba de insidias cuando el otro aspirante, el sr. Rubalcaba, le advertía de lo que iba a hacer con la sanidad si ganaba: privatizaciones, recortes de personal, copagos, etc. También de su modelo impositivo en entredicho, pues a pesar de negarlo no lo aclaraba, y sabía -aunque disimulara- que el déficit para ese año se iba a ir al menos al 8% -en petit comité lo admitían-, debido sustancialmente al desvío presupuestario de las comunidades autónomas, la mayoría gobernada por ellos mismos. Lo cual suponía darle la vuelta a la tortilla de los impuestos. Pero admitirlo, teniendo como tenían las elecciones ganadas, hubiera sido como pegarse un tiro en el pie.

  - No obstante y por encima de todo, el gobierno del sr. Rajoy ha resuelto que sean las clases medias y bajas quienen soporten el mayor peso de las reformas. Con la Laboral ha conseguido algo insólito, y es que muchos asalariados con puesto de trabajo no tengan garantizado el mínimo bienestar de la familia y propio, por faenar a cambio de sueldos reducidos, en precario o a tiempo parcial. El resultado es la disminución de la población activa, de la emigración, como en tiempos del Dictador. O que un tercio de los niños no disponga de una alimentación adecuada. Que el 28% de la población esté en riesgo de pobreza o la padezca. El Gobierno vuelve a faltar a la verdad cuando afirma que se reduce el paro, pues ello es fruto de la mencionada emigración, de los desocupados que ya no se apuntan a las listas y de los muchos puestos de trabajo creados a tiempo parcial en detrimento de los a tiempo completo. Y no conformes con los estragos de la reforma laboral, ahora proponen tarifa plana de 100€ a la Seg. Soc. para nuevas contrataciones, sin decirnos que la empresa contratadora puede haber echado antes a un fijo con otra tarija más alta. Hecha la ley, hecha la trampa. Para más guasa, la OCDE advierte que España es el país donde más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis. Ver para creer.

  - Por si no fueran suficientes los motivos para el enojo generalizado, el Gobierno pretende acometer una reforma de la Administración que en lo concerniente a las Adm. Locales quiere suprimir las juntas vecinales, pedanías o concejos, con lo que las gentes rurales se verán perjudicadas y hasta es posible que despojadas de los terrenos comunales con riqueza arborícola, que bien podrían caer en manos más poderosas sino son directamente privatizados por los Ayuntamientos de turno; porque -mil perdones por la digresión- tras la sanidad, educación, pensiones, dependencia, etc. -si pueden y se les deja, las acometerán, pasito a pasito, sin que se aprecie-, pueden venir la del agua, el aire, y hasta la del mismo Gobierno. Quién sabe, por ahí dicen si están buscando con ahínco un patrocinador que cargue con los gastos de los actos públicos o de las ruedas de prensa posteriores a los Consejos de Ministros. Como decía mi gran amigo Dino, Q.E.P.D., para referirse a alguien delgado en extremo, yo también pienso que al Estado lo pueden dejar como la radiografía de un silbido, o como decía el conspicuo sr. Guerra, a España no la va a conocer ni la madre que la parió. Sin embargo, no parecen decididos a impulsar una readaptación o eliminación del Senado y las Diputaciones. Por el contrario parecen estar resueltos a eliminar más funcionarios. Es otra de las muchas patrañas que nos han contado, la de los funcionarios a patadas, cuando la realidad dice que España, a pesar de sus 17 autonomías y más de 8000 ayuntamientos, está por debajo de la media por habitantes de los países de la UE. Por poner un ejemplo esclarecedor, nuestro país tiene en torno a 4500 jueces, siendo una de las naciones donde más se litiga; después se dice alegremente que la justicia es lenta. Faltan secretarios judiciales, médicos, enfermeras, maestros, profesores y muchos, muchísimos inspectores de hacienda. España es uno de los países con más fraude fiscal de la UE. Algunos expertos dicen que de emerger toda la economía sumergida (entre un 25 y un 30% del PIB) hasta hacerla tributar, no haría falta abordar tanto recorte; pero, evidentemente, siempre ha habido escasa voluntad de enfrentarse a tan ardua tarea, ¿por qué será? La reforma debería evitar las duplicidades y burocracias inútiles, y desde luego la reducción significativa de asesores o cargos de confianza. No es de recibo que el sr. Zapatero tuviese 55, que ya está bien, y el sr. Rajoy, a pesar de la crisis supere los 80.

  En fin, que por estas y otras muchas razones que me dejo en el tintero -¿en el tintero?, tiene gracia-, como dicen los manifestantes, así no. Así no vamos bien. Saldremos de la crisis, algún día lo haremos, pero ¡a qué precio! A pesar de discrepancias o incidentes indeseables como los de esta mañana en Perales de Tajuña, mi más profundo compromiso con los manifestantes y con aquellos que padecen los rigores de la austeridad.

martes, 18 de marzo de 2014

¡Feliz Cumpleaños!

  Mi Valencia está de aniversario. El Valencia CF (SAD) -maldigo las últimas iniciales- cumple hoy 95 tacos. El anciano parece sumergido en una senectud difícil de revertir -y eso que sus principales adversarios superan el siglo de existencia, pero por contra parecen mantener una vitalidad fuera de lo corriente- a tenor de los derroteros por los que transita. Al viejo equipo Che apenas le queda resuello, manteniendo las constantes vitales de pura chiripa, y todo gracias a la nefasta gestión de sus últimos cuidadores o presidentes. Si no se remedia pronto, el abuelo puede pasar a mejor vida. Aunque a tenor de cuantas declaraciones e iniciativas se escuchan, parece que hay más de dos empresas o grupos de posibles -naturalmente foráneos-, dispuestos a rascarse el bolsillo para rescatar al enfermo de la UCI y ponerlo en planta para que convalecencia y recuperación sean una realidad, porque, a pesar de todos los achaques, el viejo Valencia atesora una herencia suculenta si se le sabe sacar provecho. Veremos.

  Al Valencia lo parieron tal día como hoy en el legendario bar Torino sito en la calle Barcelonina. Aquella víspera de San José se pusieron los fundamentos para que el recién nacido se hiciera persona de provecho. Comenzó a mamar jugando partidos en su cuna de Algirós. El chaval creció y a los cuatro años dispusieron retirarle la cuna. Adquirieron entonces una cama llamada Mestalla. A través de infinidad de partidos amistosos y del Campeonato Regional, el Valencia terminó acostumbrándose a la nueva cama/casa al tiempo de alcanzar la adolescencia y juventud, esta última interrumpida a consecuencia de la guerra.

  Al finalizar la contienda, un señor llamado don Luis Casanova (su mejor cuidador/el gran presidente) decidió engalanar al mocetón como se merecía y, con su sapiencia eligió para la guardarropía a Eizaguirre, Alvaro, Juan Ramón, Iturraspe; pero sobre todo a la Delantera Eléctrica: Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostiza. Las prendas eran perfectas, así que el veinteañero, apuesto de por sí, con ganas de comerse el mundo, además de seguirle infinidad de valencianistas en sus andaduras frente a otros pretendientes, se puso a ganar los tesoros disputados: tres ligas, dos copas de España, amén de algunos subcampeonatos. Como la casa se le quedaba pequeña para recibir a tanto incondicional seguidor -¿por qué será que los futboleros, salvo excepcionales casos, somos más fieles a un equipo que a la propia mujer, cambiando a ésta por otra y no así al Club-, y ya tenía los treinta cumplidos, don Luis pensó en acondicionar el hogar para que cupiesen 45000 espectadores. Luego se inventaron las competiciones internacionales, así que el maduro de cuarenta se echó unas canitas al aire por Europa y así ganó dos Copas de Ferias, precursoras de las futuras UEFAs. Con 52, cuando muchos de sus aficionados creíamos que el conquistador se había olvidado de cómo era aquello, gana una liga con el sastre Di Stéfano y un vestuario de empaque: Abelardo, Sol, Antón, Jesús Martínez, Claramunt, Paquito o Valdez.

  Tras éxitos y fracasos varios, las altas esferas deportivas del 92 obligan a la mayoría de clubes a transformarse en Sociedades Anónimas Deportivas. Al Valencia como a la mayoría de equipos les vino a ver un tuerto, merced a ese terco empeño, engañoso a todas luces, de que lo privado se gestiona mejor que lo que no lo es. Así, a día de hoy, el panorama es desolador, y sólo los que se salvaron de caer en manos privadas, es decir: Real Madrid, Barcelona, Ath. Bilbao y Osasuna, además de honrosas excepciones, están endeudados hasta las cejas. El primer tutor de lo privado fue el deslenguado sr. Paco Roig, un hombre con tantos pájaros en la cabeza como escaso conocimiento para dirigir al ya veterano Valencia. No satisfecho con destituir en la madrugada de su victoria al entrenador de entonces, desterró para siempre al que con toda seguridad es el último gran presidente de su historia: don Arturo Tuzón. Pero los aficionados tardaron tres años en calar al impostor y le obligaron a renunciar al cargo. En una suerte de espejismo quinquenal llegaron entonces gentes más sensatas como Pedro Cortes y Jaume Ortí que se rodearon de otras importantes como Claudio Ranieri, Héctor Cúper o Rafa Benítez, logrando con el nuevo milenio la reactivación del anciano hasta vivir una segunda juventud (conquista de dos nuevas ligas, dos Copas de España, una Copa de la UEFA, amén de dos subcampeonatos de la Champions League. Tras el lustro de éxitos, cuando el anciano parecía haber resurgido de sus cenizas, y estar bien encauzado a fin de competir por nuevas glorias en los años venideros, como a don Paco no lo querían ver ni en pintura por Mestalla, los mandamases Sr. Camps y Sra. Barberá urdieron el traspaso accionarial a favor del  millonario de la construcción, don Juan Bautista Soler. La opción fue la peor, un terrible error. El hijo del constructor, señor con delirios de grandeza, vanidoso hasta la exasperación y con, no pájaros, sino águilas en la cabeza, se puso a orientar al anciano rejuvenecido, con tan mala pata que terminó agotando los cuartos en prendas muy caras y poco funcionales, además de embarcarse en la contratación de otra casa más lujosa, un nuevo estadio que tras 150 millones de euros de inversión y 5 años de paralización de la obra, es la metáfora más diáfana de lo que ha sido la burbuja inmobiliaria de nuestro país a lo largo de una década. Como consecuencia del despilfarro, al anciano no le quedó otra que desprenderse de sus prendas más preciadas -Albiol, Villa, Silva, Mata, Isco, Jordi Alba, Soldado, etc.-, hasta estar padeciendo de frío, también de inanición.

  Lo digo cuantas veces haga falta: Maldigo el día que al Valencia le obligaron a convertirse en S. A. D., lo que en gran medida explica la decadencia del Club. Pese a todo ¡feliz cumpleaños!, y enhorabuena a todos los valencianistas. A ver si es posible que nuestro Abuelo alcance los cien con una mayor salud, con una salud de hierro. ¡Amunt Valencia!

viernes, 14 de marzo de 2014

OUTSIDE

  No es reciente; concretamente corresponde a 1984, pero sin duda se trata, en mi modesta opinión, de una obra muy recomendable. No es una novela, ¿un libro de artículos periodísticos? A primera vista lo es y como tal se acredita, aunque yo matizaría esa única acepción, atreviéndome a considerarlo también la crónica de una espectadora de lujo. La escritora nacida en Saigón, aunque de sangre y crianza francesas, propone una sucesión de escritos que conforma a grandes rasgos el acontecer de su país tras la finalización de la Gran Guerra. La obra incluye 59 piezas escritas entre 1957 y 1979 que vienen a diseccionar la vida parisina de aquel tiempo, pero también -en menor medida- de otros territorios menos cosmopolitas, incluyendo los rurales. La que fuera militante comunista posteriormente expulsada del partido, pretende con este ramillete de escritos breves, no tanto verter sobre sus lectores la cruda realidad de las clases más desfavorecidas -inmigrantes, vagabundos, madres solteras, delincuentes, etc., sino los grandes conflictos que a primera vista pudieran considerarse exclusivos de las capas más oprimidas, pero vemos que no es así cuando leemos las entrevistas -también las hay- a celebridades del cine, teatro, baile u ópera. Entonces nos podemos dar cuenta de que Marguerite Duras, con su sabio recorrido a través de diversas preguntas y reflexiones -hay bastantes entre cada respuesta del entrevistado- desvela el acontecer vital del más encumbrado lejos de los focos y escenarios.

  A lo largo de sus 288 páginas, la autora de Moderato Contabile o El amante, entre líneas, nos va dando pistas en cuanto a su auténtica personalidad y a la complejidad como ser humano que es. La polifacética Duras: -autora de novelas, teatro, guionista, directora de cine, periodista, además de especie de portavoz de los "outsiders", nunca sopesó la oportunidad de escoger entre sus muchos artículos para publicarlos en un libro como es este Outside, siendo el empeño de la editorial quien obtuvo la aceptación de la autora.

  La parisina de Saigón dice al introducir la obra: <<No hay periodismo sin moral. Todo periodista es un moralista. Es absolutamente inevitable>>. Me pregunto si es esto así hoy día. Viendo algunos escándalos propagados por concretos grupos periodísticos, cadenas de radio o televisión, que apenas les importa la veracidad y ulteriores consecuencias de sus patrañas con tal de ganar dinero a espuertas, me temo que no. Más adelante dice: <<No puede llevar a cabo ese trabajo -el periodista- y a la vez no juzgar lo que ve. Es imposible. En otras palabras, la información objetiva es una añagaza total>>. ¿Es contradictorio cuanto dice? Tal vez, aunque las aseveraciones sí puedan congraciarse.

  Siendo como fue una mujer de izquierdas y comprometida, con preocupación constante por los derechos humanos y civiles de la clase trabajadora, también por la liberación de la mujer, jamás renegó de sus amistades más encumbradas, con una vida contrapuesta a la de sus defendidos. ¿Nueva contradicción? Quizás. No obstante, el título Outside es revelador: fuera, salir fuera, desde el exterior. Ella abandonó la comodidad y abundancia de su casa para entrar en una prisión y entrevistarse con un condenado, o para visitar un barrio marginal y ver como vivían sus moradores, o a observar la desgracia de un inmigrante maltratado por la policía que le impide vender sus flores. 

  <<Es domingo por la mañana, las diez, en el cruce de las calles Jacob y Bonaparte, en el barrio de Saint-Germain-des-Prés, hace diez días. Un joven que viene del mercado de Buci avanza hacia este cruce. Tiene veinte años, viste muy miserablemente, y empuja una carretilla llena de flores...> Prodigio de concisión y de cómo acometer el artículo o crónica. Las flores del argelino, dos páginas, fechado en 1957, da inicio a esta obra. Verdaderamente es interesante su lectura. Yo la estoy disfrutando.

lunes, 10 de marzo de 2014

Bildu, la anomalía

  La ceremonia de la confusión perpetrada en el parlamento navarro en los últimos días y que dio pie a una comisión de investigación, innecesaria a tenor del resultado final, ha puesto de relieve el efecto de distorsión que la coalición soberanista de izquierdas provoca allá donde tiene representación. Por una u otra razón me atrevo a decir que Bildu, pese a quien pese, es hoy grupo decisivo en el devenir político del gobierno foral navarro.

  La sra. Barcina, a la sazón presidenta de Navarra, se vio obligada a admitir una comisión de investigación para aclarar "los trapicheos" en torno a supuestas injerencias de la sra. vicepresidenta Lourdes Goicoechea, que tenían por misión favorecer a empresas asesoradas por ella anteriormente, ante la hacienda autonómica. El asunto, grave y de enjundia, que en otro país con más raigambre y cultura democrática en Europa habría desembocado en la destitución o dimisión de la interfecta una vez confirmada la veracidad del escándalo, provoca en España y particularmente en la Comunidad Foral, daños colaterales difíciles de cuantificar a día de hoy.

  Cuando se pasó de la especulación a la certeza, la sra. Barcina, arrastrada por la crudeza informativa, admitió con la precipitación de la sinceridad la más que probable anticipación de las elecciones. Asimismo, los socialistas navarros se apresuraron a anunciar el ultimátum de los 15 días para que se dieran las explicaciones oportunas si se quería evitar el mal trago de una moción de censura.

  En ese instante de la ceremonia, ambos partidos, PP -digamos que UPN es su marca electoral allí- y PSOE, valoran los pros y contras de elegir un camino u otro, como si se tratase de una partida de ajedrez, llegando los populares a la feliz conclusión de que si el PSN se empeñaba en dar el "salto al vacío" con el único salvoconducto de Bildu, los socialistas pagarían un precio altísimo en venideros comicios, incluyendo los navarros; así que intuyeron que el sr. Rubalcaba intervendría para frenar el órdago de sus correligionarios navarros, algo que podría perjudicar a la mismísima sra. Valenciano en sus aspiraciones europeas. Con el desenlace cantado, UPN ya no tenía la necesidad de adelantar las elecciones, pues la oposición había jugado el peón equivocado, a tenor de la opinión publicada, radiada o televisada.

  Lo más sensato habría sido destituir a la sra. Goicoechea y admitir el error de la Vicepresidenta; pero claro, en torno a la sra. Barcina vuelve a llover sobre mojado, así que lo mejor es la huida hacia adelante aguardando a que escampe el temporal y, cuando toquen elecciones al parlamento navarro, los votantes tal vez se hayan olvidado de su gestión, cuando menos irregular.

  La sr. María Dolores de Cospedad, Secretaria General del PP, ha dicho que hubiera sido una infamia plantear la moción de censura con la ayuda de Bildu. Yo le diría que reparara en el mapa navarro y observara con detalle algunas localidades. En ellas UPN ha podido sacar los correspondientes presupuestos con los votos favorables de Bildu -es el caso de Oliete- y nadie se ha rasgado las vestiduras. UPN y Bildu han votado conjuntamente hasta en 13 ocasiones para dilucidar otros temas.

  A mí lo que me tiene desorientado es que Bildu, la coalición soberanista de izquierdas, legalizada por ley y que al fin ha admitido que el terrorismo no es el camino a seguir, se vea como la peste parlamentaria del siglo XXI. ETA hace más de dos años que no mata, extorsiona, chantajea o propicia la kale borroca. Si tiene a la mayoría de sus miembros con delitos de sangre en la cárcel y también a los colaboradores necesarios, ¿qué más es necesario para que Bildu pase el filtro y pueda sentirse representante de muchos ciudadanos? ¿Qué hacemos entonces con la Falange? ¿Y con los seguidores de Franco que votan al PP? ¿Y con el PSOE o el PCE, que ayudaron lo suyo para convertir nuestra Guerra Civil en cruenta y abominable?

  La hipocresía es una especie de miga que sólo se ve en el ojo ajeno, y aun siendo una viga en el propio, se hace invisible por la situación del momento. ¡Los votos de los ciudadanos! ¡Esos votos!