El 2 de agosto de 1962 fue presentado ante el público el nuevo tema que tuvo de inmediato su favor; no obstante, no sería hasta 1964, con la grabación hecha por el cantante, compositor y guitarrista Joao Gilberto, el saxofonista Stan Getz y la vocalista Astrud Gilberto, de dicho tema, rebautizado por Norman Gimbel en 1963 como The girl from Ipanema, tras haber adaptado su letra al inglés, cuando la canción traspasó todas las fronteras, y en nuestro planeta se tuvo conocimiento de un nuevo estilo musical marcado por la dulzura y peculiar disonancia de sus melodías que pretendía independizarse de su hermana mayor la Samba. Brasil ya podía presumir de ser la nación que daba al mundo un estilo musical inconfundible y que ha inspirado, no ya solo al saxofonista americano, sino a infinidad de intérpretes de los rincones más insospechados.
El bar, entonces Veloso, puede presumir en cierta manera de haber alumbrado la segunda canción más interpretada de toda la historia. La primera grabación en estudio la hizo Pery Ribeiro en 1963, y como se puede apreciar poco tiene que ver con la del trío formado por los Gilberto y Getz. De todos modos es a partir de la grabación de 1964 cuando las versiones se suceden a ritmo vertiginoso. Las más célebres son las de: Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., Cher, Sepultura, Nat King Cole, Herb Alpert's Tijuana Brass, Madonna, Maroon 5, Diana Krall, Petula Clark, Amy Winehouse, Sarah Vaugh, Ella Fitgerald, The Supremes, Shirley Bassey y muchas otras figuras, algunas de ellas cambiando el término de girl por boy.
Mi primer contacto con la música brasileña fue a partir de una cinta cassette que compré a los 14 ó 15 años en Gijón. Os Maracatu, era o es un grupo o dúo, nunca lo he sabido con certeza, y que interpretaba temas populares como: Voce abusou, Marina, Birimbau, María vai com as outras, etc., que llamaron poderosamente mi atención, y que me empujaban a indagar en esa música brasileña de nuevo cuño. Pero he de admitir que no fue hasta escuchar este disco Getz/Gilberto, en el cual colaboraban, ademas de Joao Gilberto y Stan Getz, el propio Antonio Carlos Jobim al piano y Astrud Gilberto en el tema de marras y Corcovado, cuando fui verdaderamente consciente de que me entusiasmaba por su belleza y la tremenda adaptabilidad a otros estilos, especialmente el Jazz. Desde entonces no he dejado de escuchar bossa nova, algo que me ha permitido descubrir a figuras de la talla de Chico Buarque, Maria Bethânia y su hermano Caetano Veloso, Toquinho, Sergio Mendes, Toninho Horta, y otros muchos, algunos de ellos más enfocados hacia otros géneros como el Jazz, pero sin perder esa esencia tan característica de la música popular brasileña. Una verdadera delicia escuchar una y cien veces esta Garota de Ipanema que convirtió a Ipanema en una de las playas más célebres del orbe.
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