jueves, 5 de noviembre de 2015

Steve McQueen

    El álbum jamás tuvo la repercusión o influencia de Highway 61 revisited de Bob Dylan, el St. Peppers de Beatles o Harvest de Neil Young, por poner ejemplos que han trascendido más allá de la temporalidad. Y tampoco es que haya tenido el favor mayoritario del público, si bien cuenta con admiradores en cualquier rincón del orbe. Por el contrario la crítica especializada sí ha alabado en su justa medida los méritos de esta colección de 11 temas que fue publicada hace ahora 30 años. Se escuche como se escuche el disco es molón. A pesar de quienes apelan a la evidencia de una producción enmarcada en plenos 80 y que en cierto modo lastra la excelencia de los temas, a mi me parece que ese tipo de elaboración realza el ramillete de buenas canciones -yo no puedo imaginar otro tratamiento en la grabación que el que le dio Thomas Dolby en calidad de productor- que se enmarcan en un estilo sofisticado, elegante.

   El cerebro de la criatura y líder indiscutible del grupo, Paddy McAloon, firma los 11 cortes. Le acompañan su hermano Martin, la ex groupie del grupo Wendy Smith y Neil Conti, por otra parte la formación más reconocible desde sus orígenes en Durham allá por el año 1978. De las canciones son destacables cortes como Bonny, Appetite, When love breaks down o Goodbye Lucille#1 (Johnny Johnny), que prefiguran el estilo delicado y vaporoso de todo el álbum, vistiéndolo de frac con la voz evanescente de Paddy McAloon y el auxilio coral de Wendy Smith; pero por encima de todo con el tratamiento de teclados usados inteligentemente y variado tipo de guitarras que mezclan a la perfección.

  En el año 2005 Paddy McAloon se encierra en los estudios por más de 6 meses para remasterizar el disco en formato acústico. De ahí sale un ramillete de 8 cortes que para nada desmerece al original, hasta el punto de que alguno de ellos supere al original. Muchos años antes Paddy había sentenciado que él era el mejor compositor británico del momento, incluso por delante de John Lennon, y eso a pesar de unas letras en exceso complejas, al menos en el presente disco. Eso le granjeó la animadversión de medios de prensa y críticos musicales que no le perdonaban esas muestras de soberbia. Años después pedía disculpas por la exageración. Como curiosidad decir que el disco se tituló en USA Tho wheels good stateside y contenía 3 temas adicionales. El cambio de título vino por la denuncia de la familia del actor fallecido que no veía con buenos ojos el uso comercial del nombre.

  Resumiendo, yo diría que este segundo trabajo del grupo es su mejor obra, un disco que entra enseguida por los oídos, lo cual no quiere decir que esté compuesto para agradar en ese momento y punto; por el contrario, detrás hay muchas ideas y creatividad a borbotones. Un placer su escucha.


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