lunes, 20 de enero de 2014

Reflexiones en torno al informe PISA

  No hace mucho tiempo salía a la luz el último informe PISA que valora el rendimiento de los alumnos en diferentes naciones. En España, a fin de simplificar la comparativa con otros países, he tenido en cuenta el cuadro de los 34 miembros de la OCDE, utilizando como asignaturas comunes y se supones que más importantes, Matemáticas, Comprensión Lectora y Ciencias. Pues bien, resulta que frente a la media de todas esas naciones que alcanza los 494 puntos en Matemáticas, España está en 484; frente a la media de 496 en Lectura, España alcanza los 488. Analizadas en frío las cifras, lo cierto es que tampoco es como para echarse a llorar, admitiendo que todo es mejorable y esto mucho más, sin duda. Sin embargo, lo que a mí me tiene en fuera de juego, es que a pesar de compartir a día de hoy idénticas leyes educativas, algunas comunidades, siete concretamente: Navarra, Castilla y León, País Vasco, Madrid, La Rioja, Asturias y Aragón, superen en algunos casos el rendimiento de países de la misma UE como Bélgica o la mismísima Alemania, mientras Murcia y Extremadura se sitúan a la cola, por debajo de las medias citadas. ¿Cómo pueden existir diferencias tan acusadas? Digo, cuitado de mí, que acaso las actuales leyes educativas no sean tan malas, al menos para las comunidades victoriosas. ¿Entonces, cual es el problema de fondo? Porque no es de recibo que entre Navarra y Extremadura, la mejor y peor valoradas, haya una diferencia de 56 puntos. Si hay que tomar al pie de la letra las conclusiones del PISA, esas que dicen que <<el 85% del rendimiento desigual en Matemáticas entre las autonomías españolas es atribuible a diferencias socioeconómicas, frente, por ejemplo, al caso de las regiones de Italia, donde es el 47%>>, tal vez mucha culpa la tenga el dinero. Lo que sí llama poderosamente la atención es el liderazgo de Castilla y León en España con 519 puntos en Ciencias.

  Yo no entiendo casi nada de todo esto, pues por otra parte, más general, el informe PISA advierte de que, aunque se ha invertido mucho en educación desde el año 2003, España no ha conseguido la convergencia con otros países. Y yo vuelvo a preguntarme: ¿Qué comunidades han invertido más y menos?, pues a lo mejor está ahí el meollo.

  A lo que sí me atrevo es a dar mi opinión, personal, por descontado, con respecto al enorme fracaso/abandono escolar en nuestra comunidad balear. Baleares vivía fundamentalmente del sector de la construcción y se sustenta hoy sobre el turístico. El primero se ha ido a pique, pero antes de hacerlo absorbió a un montón de jóvenes que prefirieron el dinero contante y sonante a la formación. Y si el abandono escolar ha menguado por la crisis, es natural, no lo hará de manera categórica mientras la primera industria de las Islas, siga demandando capital humano para atender a los innumerables turistas que nos visitan. Me atrevo a una última consideración como respuesta a la explicación liviana y torticera que ha dado el Ejecutivo del señor Bauzá para explicar el fracaso escolar en Baleares. Cataluña y las Islas comparten el catalán o variante como lengua vehicular. Curiosidades aparte, Cataluña está en 501 puntos, un pelín por encima de la media de la OCDE, mientras Baleares sólo alcanza los 477; por tanto, creo no equivocarme, el inconveniente de tener tantas horas lectivas en esa lengua no puede ser el argumento esencial para justificar tamaño fracaso. Quizá haya otras variantes que el Gobierno no quiere admitir.

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