miércoles, 15 de enero de 2014

Blancanieves

  Hasta ayer no había tenido ocasión de ver la película Blancanieves, galardonada el año pasado con 10 premios Goya, entre ellos el de mejor cinta. Me parece un trabajo encomiable teniendo en cuenta el atolladero por el que transita el cine español. Deslumbrante en lo visual y con una puesta en escena tan atrevida como arriesgada, la película rescata las variantes del cine mudo en blanco y negro, algo que puede chirriar en el convencionalismo actual del cine como industria meramente enfocada al consumo de masas. Pablo Berger nos plantea con clarividencia la metáfora de la vida (éxito, muerte, envidia, arribismo, compasión, etc.) desde algo tan racial e inherente al espíritu español como la tauromaquia. El vasco le ha dado la vuelta completa a la clásica historia de los hermanos Grimm hasta convertirla en una apabullante invención que deja mudo al más locuaz. Mucha de la culpa la tiene un montaje calibrado con la precisión de un relojero, que se sostiene sobre pilar tan firme como la partitura musical o banda sonora, la cual acaba por subrayar y dar el sentido dramático a cada escena de la cinta. Por descontado, el elenco de actores está a la altura de la historia, destacando particularmente la interpretación de sendas ganadoras de la estatuilla: Maribel Verdú y Macarena García.

 Creo, en resumidas cuentas, que se trata de una película muy recomendable para aquellas personas que considerándose cinéfilas, perdón por la presunción, no se conforman con el celuloide como producto de consumo puntual, sino que buscan en la pantalla algo así como una degustación reposada y colindante con lo artístico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario