lunes, 20 de febrero de 2023

El mejor año de la historia del Rock

 
Para muchos entendidos en materia, 1969 es el mejor año de la música popular a lo largo de su historia. Otros, no tantos, creen que es 1967 el más brillante. Por supuesto hay musicólogos que apuestan por 1982 como el cénit del género musical "inventado" en los años cincuenta por Bill Haley and his Comets. Pero una amplísima mayoría lo circunscribe al periodo comprendido entre 1967 y 1975, considerando estos ocho años de margen, como la etapa de mayor esplendor de dicho género. Aunque, es obvio, muchos amantes de la música no estarán de acuerdo, anteponiendo la calidad de la música de los primeros años ochenta a la de la década anterior. Y sin duda habrá otros muchos que apuesten sin titubeo por la música de los noventa.


Yo no voy a ser muy original al dar mi opinión, a todas luces discutible; no obstante aquí la dejo. 1973 es el mejor año de la historia de la música rock, popular, o como se la quiera llamar. Influyen para ello, no se si de manera premeditada, factores varios, como la crisis del petróleo, el escándalo Watergate, el golpe de estado en Chile, o la muerte poco después del poeta Pablo Neruda. O quizá no tuvieran una influencia decisiva en la concreción de discos extraordinarios y decisivos en la evolución musical de aquel año frenético. Lo que es indiscutible es la calidad con escasos precedentes de trabajos como, Selling england by the pound, ocho temas que consagraron a los británicos Genesis como uno de los estandartes indiscutibles del Rock Progresivo. Para muchos de sus seguidores, cincuenta años más tarde de su publicación, este es su mejor álbum, diría yo que con permiso de The lamb lies down on Broadway. 


Hay otros muchos LPs (hace medio siglo se solían nombrar así a las nuevas creaciones en formato de vinilo) que no desmerecen. En concreto este Larks' tongues in aspic de King Crimson, rivaliza en calidad con Selling... de sus compatriotas. El Mago Robert Fripp, con el acompañamiento de magníficos músicos, pergueñó el que con toda seguridad es su segundo mejor trabajo tras In the court of the Crimson King. 
  No alejado de la categoría de obras magníficas, se sitúa Aladdin sane, del camaleónico David Bowie, para dar continuidad a Ziggy Stardust... su anterior álbum, consolodándolo como estrella indiscutible del Glam Rock. O Berlin, un trabajo que gira en torno a dos enamorados que separa un muro, canciones en su momento difíciles de digerir para los seguidores del neoyorquino Lou Reed, después de que este lo hubiera petado con Transformer, su anterior trabajo. Sin embargo, a día de hoy, es uno de sus tres o cuatro mejores trabajos. 


Claro que para discos inesperados nada como este For your pleasure la grabación más redondo de Roxy Music antes de que Brian Eno abandonara a Brian Ferry y resto de miembros para volar por libre. Hoy, medio siglo después, este pasa por ser su mejor creación, tanto de su etapa experimental, como la posterior, menos ambiciosa aunque con ventas millonarias. O el del debutante y multiinstrumentista Mike Oldfield, que con su inimaginable y sorprendente Tubular Bells, conquistó con suspense el favor de la crítica y de los seguidores de la música. Aún hoy sigue considerándose su obra maestra, compuesta cuando no había cumplido los veinte años. Y por supuesto, por encima de cualquier otra composición -es opinión personal- apareció el disco del año, de la década y de los últimos cincuenta años, nada menos que la cumbre creativa de Pink Floyd, The dark side of the Moon. El cuarteto que ya era muy popular tras abandonar la psicodelia de los primeros álbumes, se conjuró para traspasar la línea apenas perceptible que separa un buen trabajo de una obra maestra. Pero esta Cara oculta de la Luna merece un análisis pormenorizado para otra ocasión.  Muy pronto. 


 
La cosecha de grandes discos está ahí, y no se pueden dejar de lado obras fantásticas. Goodbye yellow Brick Road de Elton John, Countdown to ectasy de Steely Dan, Let's get it on de Marvin Gaye, Catch a fire de Bob Marley ant the Wailers, A wizard, a true star de Todd Rundgren, Innervisions de Stevie Wonder, Billion dollar babies de Alice Cooper o Raw power de Iggy Pop and the Stooges, ayudaron a conformar un año pródigo en trabajos de factura impecable, siendo muchos de ellos y a pesar del tiempo transcurrido, hitos de la música popular y referentes para muchos artistas que vinieron después. Por eso 1973 es para mi la añada insuperable, la cima de esta música que tanto ha hecho disfrutar a millones de personas y aún lo sigue haciendo, esperemos que por muchos, muchos años.



                                            
 
                                                                            
          

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