jueves, 23 de octubre de 2014

LA GRAN BELLEZA

  ¿Alguien había dicho que el cine europeo languidecía ante la pujanza y capacidad de medios del americano? Me parece que la cinta italiana deja en entredicho tal afirmación. La ganadora del último Oscar a la película extranjera, pone de manifiesto que aquí aún se realizan obras trascendentes. La gran belleza pone de relieve la capacidad creativa, sugeridora y envolvente del director Paolo Sorrentino. Desde el inicio del filme, con esa vorágine de fiesta de cumpleaños del protagonista, una fiesta por otra parte barroca, descocada, garrafal, el napolitano pretende a toda costa hipnotizar a los espectadores, atraparlos en un mundo inadecuado y por otra parte no muy alejado del tiempo presente, al menos en lo que atañe a una parte significativa de la alta sociedad del siglo XXI.

  Toni Servillo interpreta con verosimilitud y atino el papel de Jep Gambardella, un hombre maduro de 65 años, periodista y escritor de novelas con el único bagaje de un libro escrito hacía la eternidad, si bien de éxito fulminante. Vivir vive del éxito antiguo o del aire, no se sabe a ciencia cierta, pero vive como un rajá, en un ático de lujo frente al Coliseo de Roma. Jep es un imán con atracción insuperable para codearse con las celebridades, pero también un escéptico, o mejor un displicente; cínico, frívolo, mujeriego, aunque también elegante.

  El argumento, pero ¿qué argumento? La gran belleza carece de un argumento convencional, como no sea la sucesión de imágenes mostrando la vida vacía y estúpida de los pudientes; y no obstante ¡qué belleza! Uno no puede dejar de mirar la gran pantalla con delectación, a pesar de saberse cómplice de una fauna jactanciosa que vive a todo trapo en el marco incomparable de la eterna Roma.

  Es inevitable la comparación con el maestro Fellini. En este metraje de más de dos horas se hace palpable La dolce vita, ya que su protagonista, el entonces joven Marcello Mastroianni, se dedica también a escribir en los periódicos y ansía el contacto directo con las celebridades, particularmente mujeres. Pero yo diría que es la inclasificable película Roma, de 1972, la que emerge con toda rotundidad en la esencia de esta descomunal belleza; ese surrealismo desbordante de Fellini, marca de la casa, de, sin duda, uno de los 4 ó 5 directores indispensables del cine europeo.

  La gran belleza -galardonada además como mejor película europea de 2013, Globo de Oro, etc.- me parece un largometraje muy recomendable, con una vigencia atronadora teniendo en cuenta el tiempo presente.

  La gran belleza se emite hoy por la 2 de TVE a partir de las 22:00 horas. Ciertamente este film no es lo mismo que verlo a través de una gran pantalla, pero no por ello va a perder su esencia.

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